sábado, enero 21, 2012

ATAQUE CARDÍACO BAJO UN OMBÚ



La memoria rural atrasa dos siglos.
Los tábanos muestran
que el tiempo no pasa,
la savia sigue sosteniendo cierto vigor lozano.
Las cigarras casi nunca se ven
pero se descubren
por ese chirrido que trae en el verano
la angustia del agua.
Un zaino en descomposición
ofrece su vientre inflamado
como trono para la fiesta zumbante
de las moscas
y nos recuerda
que muertes eran las de antes,
lejos del polen sin fármacos,
el sol sin tapujos
y el viento sin bozal.
El paisano que sufre
un ataque cardíaco bajo un ombú
sabe de lo que estamos hablando.